La WCS explica que hace unas semanas, cuando los guardabosques vigilaban los bosques se toparon cara a cara con un grupo de cazadores furtivos, un encuentro que originó disparos. Estos últimos huyeron pronto y se adentraron de nuevo en el bosque, pero dejaron algunas de sus pertenencias.
Uno de los artículos era un celular lleno de fotos, las cuales les servirán a los funcionarios del gobierno y a los guardabosques a levantar un caso en contra de quienes cazan ilegalmente. Los guardabosques descubrieron también otras evidencias de la caza furtiva, como lo fueron ciertas partes del cuerpo de los animales e insecticidas, que se utilizan a veces para envenenar a los tigres.
Al final, se detuvieron dos cazadores furtivos. Y un tercero fue localizado en su casa, pero fue capaz de escapar de las autoridades antes de ser detenido.
Curiosamente, las imágenes del celular resultaron ser invalorables en la refutación de las versiones de los cazadores furtivos capturados. Cuando se les confronto con las fotos trofeo en las que están sobre un tigre muerto, los sospechosos afirmaron que el felino fue cazado en Myanmar en 2003.
De acuerdo con el personal tailandés de WCS, posteriormente, dicho animal fue identificado como el mismo tigre que fue fotografiado por una cámara trampa el año anterior, un procedimiento que se hizo posible gracias a los patrones de rayas que posee cada felino
La base de datos de las imágenes que se tienen de los tigres, no sólo ayuda a los investigadores a entender las necesidades ecológicas de los tigres, sino también le brinda al cumplimiento de la ley un recurso importante para procesar con éxito a los cazadores ilegales
Las fotos del celular también contenían pruebas de que los cazadores furtivos estaban involucrados en el comercio de marfil de elefante.
La WCS dice que los sospechosos pudieron haber matado al menos diez tigres de la región y que también están involucrados en una red de crimen organizado.
Los tigres están cada vez más en peligro de extinción debido a la destrucción de su hábitat, la disminución de sus presas y por la caza furtiva para el mercado de la Medicina China Tradicional. Los científicos estiman que cerca de 3.500 tigres viven en su hábitat natural, de los 100.000 que existían hace un siglo. Tres de las nueve subespecies de tigres se extinguieron durante ese período
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